El 15 de agosto de 1964, Gerardo Murillo, Dr. Atl, murió en la Ciudad de México, pero su legado intelectual continúa vigente, se reeditan sus textos y, sin lugar a duda, sus pinturas tienen un lugar privilegiado en los museos y galerías de arte.
En este #Arteseneltiempo, compartimos un texto originalmente publicado en francés en el Paris Journal de 1913, traducido por José Juan Tablada, y que aparece en el número 73 de Artes de México. Los dos volcanes.
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Jose Juan Tablada
Sobre un cuerpecillo de movimientos vivaces, su cabeza es la de un cínico –cráneo atormentado como el de Verlaine, barba inculta–, pero con ojos que parecen losde un creyente, los de un apóstol.
Viene de México, durante dos años, vivió en las cimas del Popocatépetl, a 5000 metros de altura, sólo con las rocas y con las nubes. Se había construido allí, él mismo, albergues en donde dormía al llegar la noche, después de sus caminatas fantásticas por entre los picachos. Cómo hacía frío de muchos grados bajo cero, necesitó discurrir un procedimiento especial para pintar las sublimes visiones que se le presentaban. Lo descubrió, y no bajó de sus alturas sino hasta que hubo terminado su obra. He aquí cómo podemos admirar ahora una verdadera epopeya de la montaña, enorme poema de lirismo pictórico, en el que los volcanes apagados, las rocas esculpidas por los vientos y las nieves, las nubes y las estrellas forman héroes formidables.
Autorretrato con volcán al fondo, s/f. Óleo sobre yute, 88 x 102 cm. Colección de Pascual Gutiérrez Roldán. La publicación de la obra del Dr. Atl en Artes de México. Los dos volcanes, fue autorizada por el INBA. D.R.© Gerardo Murillo/Somaap. Fotografía: D.R. © Francisco Kochen.