Las tarjetas postales y su travesía en la historia

Gloria Fraser Giffords

Aunque al observador casual las imágenes de las tarjetas postales de antaño puedan parecerle escogidas al azar, éstas ofrecen mucho más que meras reminiscencias placenteras y nostálgicas. Estos pequeños, baratos y efímeros rectángulos de papel que llegaron a constituir una parte esencial del ritual vacacional entrañan dimensiones históricas y sociales insospechadas. El estudio cuidadoso de sus temas revela las intenciones explícitas o inconscientes de sus productores, vendedores y coleccionistas. Su aparente inocencia disfraza el papel que desempeñaron como insidiosas promulgadoras de la propaganda oficial y estereotipos culturales.

La paternidad de las tarjetas postales puede atribuirse a Heinrich von Stephan, consejero del Estado de Prusia, quien en 1865 sugirió –sin éxito– la idea a la autoridad postal de su país. Cuatro años más tarde, el 1 de octubre de 1869, la primera postal oficial del mundo fue emitida en Austria. (…)

Álbum Recuerdo de México. Compañía Fotográfica Comercial, S. L. Martínez y Cia. (ed.) Colección Fototeca Antica.

Las tarjetas fueron una de las modalidades tomadas en consideración cuando, en 1875, nació la Unión Postal General con el fin de regular los intercambios internacionales de correo. Tres años después, México se afilió a dicha organización –ya entonces llamada Unión Postal Universal– en la conferencia de París, donde se estableció una tarifa común para los 32 países miembros, así como el protocolo de impresión de postales en dos idiomas: el del país de origen y el francés. (…)

Durante 35 años el formato básico había permanecido sin cambio alguno, pero al ocupar las ilustraciones la mayor parte del reverso, los mensajes muchas veces debían comprimirse al calce o al lado de la imagen. En 1902, Inglaterra propuso que un lado se dividiera entre la dirección y el mensaje, y se dejara el otro para la ilustración, formato que se adoptó internacionalmente en 1906 y que hasta hoy se conserva.  (…)

Damas veracruzanas despiden a Díaz. EMI (ed.). Colección Fototeca Antica.

Con frecuencia, las postales, tanto de manufactura nacional como extranjera, presentaban –a veces deliberadamente– una visión deformada de México. Las primeras postales mexicanas dedicaban atención desmesurada a la administración de Porfirio Díaz: lo glorificaban y alababan el progreso del país bajo su mandato. El objetivo de las imágenes era impresionar: industrias, ciudades modelo, edificios imponentes, países bucólicos y escenas aldeanas, todas ellas retratos encantadores de trabajadores e indígenas. Para atenuar la fama de intranquilidad e ilegalidad que se difundía sobre México, las estampas mostraban escenas de estabilidad y calma. (…)

Acueducto de los Remedios. Núm. 2391. Colección particular.

El exotismo y la diferencia de los habitantes del país con respecto a los europeos y estadounidenses fueron reforzados por la representación de mexicanos “típicos”, usualmente pobres, y pertenecientes a un determinado grupo étnico. (…) Para los turistas de Alemania, Estados Unidos o Inglaterra, las imágenes de gente lavando ropa o bañándose en el río, llevando bultos como bestias de carga o usando métodos primitivos de transporte fortalecían su creencia romántica en la “otredad” de México, especialmente si durante su periplo por esta nación habían sido testigos de dichas escenas. (…)

Aunque sólo podemos suponer cómo reaccionaban quienes recibían las postales mexicanas, ellas ofrecen pistas sobre las motivaciones de quienes las enviaban. Resulta muy ilustrativo que, los comentarios sobre la Revolución mexicana fluctuaran entre la tristeza y la condescendencia, en tanto que los relativos a escenas de campesinos, artesanos y comerciantes reiteraban que, en efecto, ése era el México que esperaban ver. (…) Muchos de los remitentes estaban encantados por lo que vieron y por cómo fueron recibidos –una experiencia que probablemente recordaron toda su vida y que con seguridad seguirá ocurriendo para los turistas que enviarán postales en el nuevo siglo.

W. H. Home. Ejecución triple. Núm. 2. Colección particular.


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