21 / 10 / 25
Las flores en la arquitectura de Xochimilco
Sergio Cordero Espinosa

La cultura de la flor nació con las chinampas en las que se sembraban nenúfares, amapola, dalias, rosas, lirios y gladiolas para adornar los altares de las numerosas iglesias de la región. Considerada Ciudad de las Flores, Xochimilco se convirtió en sede de las fiestas religiosas celebradas en cada barrio y cada pueblo. En este artículo, el autor describe brevemente algunos momentos de la representación simbólica de las flores en la arquitectura local.

Xochimilco, nido de jardínes, de flores, si llamamos así a esos espacios de cultivo que a lo largo del tiempo fueron creados bajo el poético nombre de chinampas, isletas de flores cultivos rodeadas por las aguas de los lagos. Isletas que al descansar en el tibio lecho del limo y sentir la mano amorosa de los agricultores xochimanques florecieron con exuberancia ofreciendo la belleza de los pétalos de sus abundantes flores y el aroma de sus esencias como un regalo de los dioses y una comunicación perpetua con los mismos. Así fue creada la cultura de la flor. Y el ritual se iniciaba casi con el año, alrededor del 2 de febrero, cuando los xochimanques, los ofrecedores de flores, las recogían de los jardines semiflotantes que engalanaban las praderas de Xochimilco, para colocarlas en los altares. Aún persisten huellas de esa cultura en San Luis Xochimanca, pueblo donde residen los que ofrecen flores, y en la Guadalupita Xochitenco, pequeño barrio al norte del antiguo convento franciscano, el lugar “hasta donde llegaban las flores”. Restos etnológicos de la actividad principal de los chinamperos xochimilcas.

Tan centrada estaba la vida prehispánica de estos pueblos en las flores que algunas variedades fueron deificadas, como la flor mariposa que se encuentra tallada en altorrelieve sobre la negra superficie basáltica de una de las laderas de Cuailama, paraje en los alrededores del pueblo de Santa Cruz Acalpixca. Esta flor está representada por una planta igualmente llamada acalpixcan ubicada frente a una papálotl, mariposa, emblema de su belleza y de lo maravilloso de la vida. Consecuentemente, las flores fueron la esencia religiosa de la actividad agrícola en la cual basaron su progreso los antiguos xochimilcas, el motor que inspiró a quienes generaron la construcción de las miles de chinampas prehispánicas de los lagos del Anáhuac y que en los albores del siglo XXI aún persisten como muestra arcaicas de una cultura.

Armando Salas Portugal. 1989-1990.

A la llegada de la cultura occidental, con todas sus técnicas y conocimientos botánicos, los jardines flotantes se enriquecen con la siembra de nuevas flores importadas de tierras lejanas, y las xóchitl crecieron junto a sus parientes, las dalias, las rosas, los lirios, las gladiolas, las amapolas y los nenúfares, actual emblema de Xochimilco. La belleza de estos seres vegetales propició durante muchos años la comunicación del hombre con lo divino, hasta que su consumo fue prohibido por su alto contenido de alcaloides nocivas para la salud. Y, sin embargo, fueron las flores importadas las que enaltecieron la belleza de las chinampas. Gracias a ellas las flores nunca más faltaron en los altares, ya no sólo de los adoratorios nativos, sino de los templos cristianos que empezaron a construirse en toda la Nueva España.

Así pues, Xochimilco se ganó el apelativo de la Ciudad de las Flores, debido a su actividad principal centrada en la floricultura y la floristería: unos cultivaban, otros construían adornos y otros más, las ofrecían a los nuevos dioses en una sinfonía de aromas, colores y formas. La ciudad de los canales, de las chinampas y de las trajineras se convirtió en sede de fiestas religiosas celebradas en cada barrio y en cada pueblo. Y en toda festividad importante fueron imprescindibles, al grado de que después se transformaron en símbolo iconográfico de Xochimilco. Así, a lo largo de la época virreinal, los canteros las esculpieron en piedra para incrustarlas en las paredes de las innumerables capillas e iglesias levantadas por ese entonces.

En todas las etapas de la evolución histórica de Xochimilco hay representaciones de flores. Por ejemplo, en el culto a Xochipilli, diosa de las flores, y a Xochipapálotl. En el siglo XVI muchos ornamentos de cantera fueron destruidos o fragmentados para usar los materiales en la construcción de los nuevos templos; así, las flores talladas en piedra fueron colocadas deliberadamente en los taludes de los muertos, y hoy podemos verlas en lugares diversos, como en el frontispicio de la pequeña capilla del barrio de San Pedro Tlalnahuac, en donde hay una flor circular de seis pétalos, con un pequeño círculo en el centro, lugar en que aparece una cara sonriente que representan al sol generador de vida.

Existen otras en los muros de capillas y templos, como el de la Virgen de los Dolores de Xaltocan, en uno de cuyos contrafuertes, en uno de los arcos botareles y en la torre del campanario, aparece una espiga junto a varias cocoxóchiles, sello de los xochimilcas, lo que de alguna forma pregona que allí existió un centro religioso prehispánico. Una muestra de la religiosidad de época posteriores se encuentran en uno de los contrafuertes: con pequeñas piedras incrustadas en las argamasas se ve el dibujo de una cruz rodeada de flores. Como sello de Xochimilco, encontramos flores en la mayor parte de los templos, como en las pilastras del interior del antiguo convento de San Bernardino, en donde marcan el arranque de las mismas. En las pilas de agua bendita que se encuentran en el sotacoro, dos huacalxóchiles se mezclan con el cordón franciscano, y en la porciúncula, portada lateral de la nave del antiguo convento, hay varias flores de diferentes estilos y diseños. Sin embargo, resaltan cuatro plantas con sus flores esculpidas desde las raíces, a la manera del Códice De la Cruz-Badiano, escrito y dibujado por dos indígenas mexicanos del siglo XVI.

En el México contemporáneo, Xochimilco aún conserva como actividad principal el cultivo de las flores. Las encontramos en los principales mercados y formando parte de arreglos florales o con todo y plantas, que se usan como elemento decorativo. Flores de diferentes clases, cambiantes según la época, que pueden admirarse en los mercados, en las trajineras o en las fiestas de los barrios y pueblos, en donde las portadas, los frontispicios de los templos y altares, siempre estarán ornados con múltiples arreglos florales.

Ca. 1910. Col. de la familia Chabaud.

Sergio Cordero Espinosa. Es médico cirujano, con especialidad en medicina del trabajo. Ha colaborado en el periódico Ovaciones en la revista Rescate. Imparte el curso de historia del arte y la cultura en Xochimilco. Ha publicado las monografías Xochimilco, Convento de San Bernardino de Siena, Biografía de Quirino Mendoza y Cortés y Fernando Celada Miranda, poeta de Xochimilco.

Te invitamos a que consultes la revista-libro Xochimilco. no. 20. Disponible en nuestra tienda física La Canasta, ubicada en: Córdoba #69, Roma Norte, CDMX. También visita nuestra tienda en línea donde encontrarás nuestro catálogo editorial.